Fue en un libro de texto de la primaria, no recuerdo de que año, pero ahí fue la primera vez que vi ese dibujo. Era un niño de cabellos amarillos, vestido como un príncipe. El dibujo era parte de una lectura que nunca hice por leer. La imagen de ese dibujo vivió en mi mente todo este tiempo, hasta que hace un par de semanas atrás, compré el libro que cuenta la historia de esa imagen, de ese niño, del Principito.
Al leerlo me sentí como un niño, me emocioné, me divertí, me removió muchos sentimientos. Por un momento yo estuve con ese niño en ese asteroide donde vive, lo acompañé a disfrutar de esas puestas de sol, viaje junto a él hasta los planetas que él visito, y al final regrese a la realidad, pero con una satisfacción de haber conocido a ese Principito.
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